El primero que tuvimos el placer de jugar fué el Wing Island, un juego de misiones que parece sacado directamente de Porco Rosso. Lejos de ser un juego de aviones al uso (osea de tiros) en el debemos pilotar diversos aeroplanos para realizar diversas misiones a cual más variopinta. Desde apagar un incendio o encontrar un rebaño perdido, todo son pruebas de habilidad contrareloj, al menos hasta lo que pudinos ver. Con un modo Vs bastante soso, es un juego de lo más correcto.
El siguiente que tuvimos el dudoso honor de probar fué el Heatseeker un juego correcto en su apartado gráfico pero con un control incontrolable. Una pena. Un juego que pretendía ser la respuesta a los Ace Combat no acabó de funcionar.
El que si logro meternos en la piel de un avezado piloto de la segunda guerra mundial fué el Blazing angels squadrons of WWII. Una maravilla del ingenio. Con solo cambiar los mandos de mano nos sumerje en un control perfecto. Es para verlo. Eso si, la dificultad moderadamente alta de las misiones no lo hace apto para todos los públicos.