jueves, 6 de diciembre de 2007

¿Todo va sobre ruedas?

Una de las promesas de la Wii consistia en el nuevo modo de interactuar con los videojuegos, y la verdad sea dicha esta interacción que intuíamos jocosa en manos de los "casuals" en manos de algunas compañias produce más una risilla nerviosa que otra cosa. Me explico.
Cojamos por ejemplo los juegos de conducción. Por una norma no escrita estos juegos son el escaparate de la potencia y virtudes de la máquina que los sustenta y de los equipos que los desarrollan. La serie Gran Turismo de Playstation o los Project Gotham de Xbox son los mejores exponentes de esta norma. En la Cube tuvimos la gloria de jugar al que, posiblemente, sea el juego más veloz de la anterior generación y parte de esta, F-zero GX. Pero... ¿y en la Wii?
De momento, a la espera de que salga el próximo Super Mario Kart de Wii, el único que ha entendido la peculiar naturaleza de la Wii ha sido Excite Truck.

Porqué en la Wii no hay simulación sino diversión.

Los aspavientos que haces mientras tratas de saltar una loma escarpada, el frenetismo del turbo, los ingentes accidentes y el afán de superación encienden el sentimiento arcade que otros títulos no llegan ni a calentar.
Solo hay que echar un vistazo a los otros títulos y descubrirás que ni los coches son tan veloces ni el control está lo bastante conseguido. Igual es por eso que solo se vieron entre los juegos de salida. Teniendo en cuenta que Driver Parallel lines y Need For Speed Carbono son conversiones directas de la PS2 ( qué en la Wii parecen de PSOne), que el GT Pro series está calcado a su versión anterior en la Cube y que el Monstertruck 4x4 tiene el título más acertado en tiempos (si, es monstruoso) tendremos que aguantar con el Excite Truck hasta la llegada del Mario que nos salve.
El Cars, se me olvidaba el Cars. Esta licencia cinematográfica, aunque resulte sorprendente, cumple con lo que se espera, correcto a la par que entretenido. Sin más.
A lo dicho.

Si bebes no conduzcas.