sábado, 24 de noviembre de 2007

Harlock Saga o la Pirateria en el siglo XXI

De todas las maquinas solo la PS3 parece inviolable hasta la fecha. No es menos duro el corazón de la 360 que a día de hoy no puede igualarse con la capacidad de mutación que sufrió su predecesora la Xbox. Todo lo demás ha sido pirateado y pirateable...
Las cagadas de los inicios como olvidar patentar una tecnología, lo que dió pie a la proliferación de clones, o la publicidad en forma de caratulas de juegos que presentó en sus ultimos días la Dreamcast, son solo muestras de los ocultos intereses de las grandes desarrolladoras.
Es un rumos a voces, las grandes compañias son las que liberan los entresijos de su tecnologia para competir y aventajar a sus competidores directos. Luego esta el tema de la legalidad o ilegalidad del asunto. Un debate que comienza mal, teniendo en cuenta la premisa que supone el denominar pirata a una de las partes, la que nos interesa a nosotros los consumidores. ¿Acaso son menos piratas las compañias que nos venden una y otra vez el mismo juego a golpe de sacar nuevos hardwares incompatibles con los anteriores productos? Cuando ya tienes un Super Mario Bros. en tu Famicom, otro en la Snes en forma de compilatorio, otro más en la Gameboy Advance y te lo descargas por enesima vez de la tienda virtual de la Wii te entran unas ganas locas de ponerte un parche en el ojo, coger un sable y gritar a los cuatro vientos:
"Piraten erregea izango naiz"

Para empezar, en este santo país no resulta ilegal la modificación del hardware de cualquier maquina, eso si, a cuenta y riego de perder toda garantía que la distribuidora oficial te licenciaba con su producto.
La adquisición de ISOs o Roms (juegos en formato CD/DVD o en formato reinterpretable por hardware o emulación) es un tema más peliagudo. Es como lo del consumo de drogas, tu puedes consumir drogas pero no puedes traficar con ellas... Una contradicción por definición.
Internet es el soporte donde se encuentran todas y cada una de las piezas del incalculable patrimonio que supone el ocio digital. Acceder a el no supone más que entrar en cualquier motor de busqueda y solicitar literalmente lo que se busca.
Se puede decir más pero no más claro, el que quiera peces que se moje el culo!!!
Seguiremos divagando.