
El MSX fué el ordenador que hubiera querido tener pero que nadie me quiso comprar. Me tuve que conformar con aprender a dibujar sprites en hojas milimetradas mientras otros, en vez de teclear los listados que publicaban las revistas, se dedicaban a jugar a Abu Simbel Profanation con esa puñetera frase en los labios..."Luego tu dos".
Para cuando pude acceder a la compra de mi primer ordenador el Atari ST estaba en el mercado... snif.
